miércoles, 27 de junio de 2012

La unión del cine & teatro

El cine tiene como finalidad captar los movimientos, transformándose en una especie de registro, fue descubierto por los hermanos Lumiere (1985), con la intención de captar la imagen en movimiento. También como forma de narrar hechos y acontecimientos,  en donde son verdaderas manifestaciones artísticas.
En los primeros años del cine se hicieron un sin fin de películas basadas en obras de teatro, Tras los primeros pasos de los hermanos Lumiere con el cinematógrafo, tomando imágenes de la vida cotidiana, antes que surgiera los temas de ficción que representaron el modelo preponderante en el cine
Los indicios del cine están relacionados con el teatro, así, como también el cine a producido diferencias en lo que se conoce hoy del teatro, se puede buscar la paternidad entre estos dos medios de comunicación, pero  la verdad es que el cine y el teatro han aprendido a caminar juntos, así para complementarse el uno con el otro
 Hoy en día como si se tratara de una regresión al pasado. Aparecen propuestas que no son tan vinculadas al la dramaturgia, y se ve como el cine vuelve a escuchar a los primeros referentes teatrales, para continuar con una dinámica,  entonces aparece un tipo de cine que corresponde a tres distintas líneas teatrales como lo son tiempo, espacio y acción. Donde también se aprecia la circunstancia de separar el relato con distintas tomas.
 Como si se tratara de un orden cronológico, me atrevo a nombrar dos títulos cinematográficos que caracterizaran la evolución del cine y marcaran una pauta conceptual y muestra como se están dando las cosas en la actualidad, una de estas grandes películas es la del “Ángel exterminador”, esta película trata sobre un grupo de burgueses que son encerrados en una mansión, inquietos por lo que esta por ocurrir, se trata aquí de una clara critica a la aristocracia. Esta película muestra una utilización de la dramaturgia extrema, y los actores actúan  hasta que son sacados de escena o se refugian en alguna clase de mueble.
 Se aprecia una pericia en el modo de representar, dando buenos argumentos y un hilo conductor, los actores en cortas tomas dan toda su creatividad para crear una consistencia que representa. En otro tipo de relato se da algo similar en la teatralidad que da Hitchcok, creando una participación en la cual los actores dejaban todo en tomas continuas con relatos bien ejecutados, dada la experiencia de este director se puede ver un implicante sentido de acierto en los tiempos apreciados y en toda la carga sicológica que ofrece la pantalla, al hacer sus películas usando elementos precisos de representación. En las películas que filmaba se veía restringido por la tecnología y presupuesto de la obra, ya que las tomas solo duraban 10 minutos, así que el hacia prolongar la toma lo mas posible dentro de este tiempo.
 Se ve también en la película “Manderlay” (Del director: Lars von Trier) como se mezcla el cine en un espacio teatral, los personajes cumplen papeles claves en su interpretación del relato, la buena participación de estos da muestra de la originalidad y realismo, en un espacio tan común. A medida que va corriendo el film se aprecia una historia cambiante y llena de contenido, se ve una cargada fuerza conceptual, tratando temas profundos y con contenido racial, es increíble ver esta fusión de elementos contando con actores de renombre internacional, los planos son abiertos, y permiten una continua representación de las tomas. Estas están prácticamente en el mismo espacio, en donde los actores supuestamente pueden advertir de lo que les ocurrirá.
Hoy en día se pueden apreciar muchos estrenos cinematográficos con distintas temáticas, y tramas de relatos maravillosos y futuristas, se aprecia un cine de ficción poblado de sueños y milagros que suponemos que podremos vivir algún día. El cine se a ido comiendo de alguna manera al teatro, pero este cuenta con algo que es sublime e imposible de imitar, lo cual es el aura mágica de la obra, al estar hay presente se libera la conciencia y se puede disfrutar de una experiencia única, sintiéndote vivo y lleno de fantasía, el reino de las tablas se comunica con la intuición y se niega a morir, para continuar maravillándonos, así como podemos apreciar el milagro de un cuadro al óleo original, podemos disfrutar del áurea de los actores y del reparto, que incluyen en la obra. Podemos sentir su respiración, deleitarnos de su elocuencia, sentirse que formamos parte de este gran relato, que nos habla de historias diversas que se han creado para que nuestro deleite. El cine no tiene esto, en el las tomas están cortadas no importa la fluidez, el actor no puede sentir el publico, se filma un poco y luego Ser continua otro día, el aura se pierde evidentemente, no esta esa naturalidad que tiene el teatro, el cine se vuelve una propaganda, un relato poco creíble y que no contiene ninguna honestidad, se pierde la experiencia sublime que nos hace trascender y nos ayuda a ser mejores personas, esto es lo que nos aporta el teatro, un regalo de una ilusión que nos maravilla. 
  Pero el cine también nos entrega algo único, este hace de toda situación algo maravillosa e importante, gracias al lente que una acción ordinaria se vuelve digna de representación, una mirada o un gesto, se prestan para todo tipo de metáforas y poesía. También una amable música nos transporta en nuestro inconciente va lugares que hemos soñado por visitar, el actor se vuelve uno, y es querido y conocido por millones, no existe un medio de comunicación que mueva las masas de esta manera, la idea a proyectar quedara en el imaginario de muchos espectadores, de este modo el cine viene a rescatar los momentos mas íntimos par transformarlos en algo utópico y grandioso, el cine hace realidad nuestros deseos y sueños mas profundos. A través del lente podemos verse cumplir nuestros deseos de una manera fantástica,  la tecnología hoy en día nos permite realizar proyectos que en el pasado eran impensados, de esta manera es el cine la forma mas clásica para darnos cuenta de cómo avanza la tecnología, transportándonos a lugares de ensueño.

Estefanía Muñoz

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